La dura vuelta de vacaciones

Septiembre es el mes clave para los niños, que vuelven al colegio, para los universitarios, que se enfrentan a exámenes de “repesca” y para muchos trabajadores, que dan carpetazo a sus vacaciones y vuelven al trabajo. Pero esta vuelta, siempre dura, a unos se les hace más cuesta arriba que a otros. Si al volver a la rutina estás irritable, agotado y triste, puede que tengas depresión post-vacacional.

Si bien la mayoría de expertos coincide en que esta supuesta depresión no es tal cosa, de hecho el término sólo es utilizado en nuestro país, si que existe un síndrome, un desajuste emocional no patológico que causa en la persona afectada tristeza, irritabilidad, desánimo, apatía o ansiedad.

Las causas están claras. Después de un largo período de inactividad, -en muchos casos hasta 30 días-, de desestructuración del tiempo y de no hacer nada, volver a la realidad, al día a día, a la rutina, causa un desasosiego y un malestar que afecta a 1 de cada 3 trabajadores de nuestro país, sobre todo a los que ya tenían problemas en el trabajo antes de irse de vacaciones.

Pero aunque la vuelta al trabajo no guste a nadie, existen una serie de pautas que se pueden seguir para intentar evitar la insatisfacción de nuestro regreso a las labores diarias:

• Mentalizarse días antes del fin del peridodo vacacional de que la vuelta a la rutina no es necesariamente algo malo. Mostrar una actitud positiva.
• Si es posible, iniciar la vuelta al trabajo de forma progresiva en varios días de baja intensidad.
• Volver poco a poco a los horarios de sueño habituales durante el año.
• Reducir la ansiedad y la tensión mediante paseos, deporte, relajación…
• Dedicar cada día un tiempo a tus aficiones, esas que has dejado atrás con el fin de las vacaciones.
• No querer abarcar todo el trabajo nada más llegar. Hay que intentar delegar y no acaparar.

Por lo demás, la actitud de la persona frente al cambio es lo más importante. Si te cuesta asumir tu “nueva situación” de trabajador es mejor que intentes disfrutar de tus vacaciones de forma gradual, repartiéndolas a lo largo de todo el año. Con estos consejos y un poco de optimismo, tu vuelta a la realidad te parecerá simplemente un cambio de ubicación vacacional.